El gobierno de Moscú moviliza por estas horas sus tropas en la frontera ucraniana mientras las fuerzas fieles al gobierno provisional de Kiev rodean Donetsk, la región rusófila del este del país que declaró su independencia.
En respuesta a la "operación antiterrorista" iniciada por el gobierno provisional, que apunta a recuperar ciudades rebeldes como Slaviansk y regiones como Donetsk, que se declaró República Popular de filiación rusa, Moscú inició maniobras militares de su ejército en la frontera con Ucrania.
Según informó el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, "Rusia se ha visto obligado a reaccionar" ante el avance militar ucraniano en regiones rusohablantes, operación que Kiev denomina "antiterrorista"; operación que en la última jornada costó la vida de al menos cinco milicianos prorrusos.
Enseguida, el presidente Vladímir Putin advirtió que "la operación punitiva tendrá desde luego consecuencias para los que ha tomado esa decisión, y también para las relaciones entre los dos Estados".
"Si el régimen actual en Kiev realmente ha utilizado al ejército contra la población en el país, se trata de un delito muy grave contra su propio pueblo", dijo Putin.
En el mismo sentido se expresó el embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, quien aventuró la posibilidad legal de Moscú de enviar tropas a Ucrania para "defender a sus ciudadanos".
Desde Kiev, le respondió el primer ministro de Ucrania, Arseny Yatseniuk, para quien las operaciones rusas en la frontera representan una "agresión" que complementan a los milicianos prorrusos y "llevarán a un conflicto militar en el territorio europeo".
Yatseniuk aseguró que mientras "el mundo aún tiene frescos los recuerdos de la Segunda Guerra Mundial, Rusia ya quiere desatar la tercera", país sobre el que hace recaer "toda la responsabilidad por la agresión y por socavar la seguridad internacional".
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